Dejo la mente sumergirse en un océano, para ser acariciado y besado, por dulces sirenas. Ósculos y un genuino cariño, que recorren mi cuerpo.
Permito que las aguas se introdujan, para expandir su fluidez suave y conmovedora.
Voy a ser un pez en las profundidades, explayar los sentimientos con sensatez y dejar liberado mi corazón.
Quiero meterme en toda la ternura pacífica, poseer tranquilidad espiritual y transitar el mundo sin límites.
Nada detendrá ese honor que se agiganta, ninguno derrumbará esa voluntad de acero y nadie capturará ese delfín ágil.
Soltar la imaginación, alimentar la creatividad y abrir la sinceridad, con sólo dejarse llevar, por ese mundo mas preciado.
Los oídos ajenos se nutren de mi voz sabia y armoniosa.
La sensibilidad sale de mi piel, para dejar sus huellas ante todos los privilegiados.
Las relaciones son conducidas por un hilo equilibrado, sin espacios para el odio y con la maduración en su tercera edad.
Agua tan deseada por las personas, acaríciame por todo mi cuerpo, para sentir como un universo, se relaja bajo tu mando.
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